Nos le presenta Salcines henchido de orgullo, valorando todos los logros editados desde 1996 –La pesca con mosca, Chejow y compañía y La carga de la brigada ligera, participando al menos en cinco antologías, tan solo algunos de sus trabajos-, además de 150 artículos periodísticos; ha recibido múltiples premios, accésit, premios nacionales de todo tipo y condición, siendo semifinalista en otros. –El Antonio Gala o el premio NH, de una larga lista -.
Hace ver al público asistente el nivel de este personaje literario, contemporáneamente hablando uno de los cinco mejores de España, avalado por editoriales de prestigio, dentro del relato corto o cuentos, como más guste definirlos.
Habla de la peculiar personalidad de Calcedo. Pretende trabajar sin la presión de las editoriales, quisiera aislarse eludiendo incluso, las presentaciones en público inherentes a los contratos editoriales, algo a veces inevitable, influyen en el posible cambio en títulos, al requerimiento de escribir novelas –dos- o a intentos de transformar el contenido de la narración.
Los asistentes permanecíamos impresionados ante este autor prolífico, de su importancia y ante una de las dos lecturas que disfrutamos, Espantapájaros, es uno de los relatos del libro “La madurez de las nubes”. Evidencia el “enganche” a sus historias cortas, atraen, llevados por lo que él define como realismo sucio, sumergiendo al lector en esa negrura. Comprobamos su óptica de la existencia. Crudeza y acidez, principios y finales sin definir, abiertos a la imaginación, unas vidas y aspectos que suceden, quizá lo que no queremos ver, pero forman parte de la vida.
Egoísmo, drogas, envidias, demencias, infidelidades, miedos, etc. Es posible que esta lectura deje en el alma cierto resquemor, resalta ese oscurantismo real, algo a asimilar también por los optimistas. Es franco y admite que no podría escribir positivando las historias; en las lecturas de sus cuentos, se autocrítica enérgicamente,
Se confiesa tímido y cinéfilo; reconoce la influencia del cine en sus relatos, llevando al lector a identificar los personajes, poniéndoles en antecedentes de lo que harán, cambiando las escenas o, en este caso cada cuento, ameniza y aporta ligereza a sus obras. Son vivencias sin edad, tiempo o entornos sociales, situados en una ciudad fantástica llamada “Medana”, sitúa así a lectores y editores. No siempre los críticos le han sido favorables.
Sus novelas a pesar de ser casi una exigencia editorial, han sido mejor aceptadas por el público que las colecciones de cuentos.
Se siente influenciado por la lectura de autores británicos y americanos. Explica que en Norteamérica se editan este tipo de relatos cortos o cuentos, en todo tipo de prensa escrita, incluidas las revistas amarillistas, diversifica y extiende la oportunidad de leer, rescata ese hábito en una sociedad que tiene más horario en desplazamientos –donde posiblemente lea-, que en el tiempo libre o descanso. Gracias a esa brevedad es innecesario leerlos en partes, cosa que ocurre en las obras extensas.
-Además pesan poco, sonrío-.
Residió en Norteamérica y surgió una reciente obra titulada “El prisionero de la avenida Lexington”, de gran belleza literaria.
Considera a España el paraíso de los concursos de relato corto, sin embargo los lectores españoles prefieren la novela.
Ante la pregunta de si las mujeres leen más que los hombres, responde que sí y escriben mucho y bien, pero se dan menos a conocer, a pesar de que se les valora por la calidad u otras circunstancias, incluido ese empuje procurando la igualdad.
Se confiesa tímido y cinéfilo; reconoce la influencia del cine en sus relatos, llevando al lector a identificar los personajes, poniéndoles en antecedentes de lo que harán, cambiando las escenas o, en este caso cada cuento, ameniza y aporta ligereza a sus obras. Son vivencias sin edad, tiempo o entornos sociales, situados en una ciudad fantástica llamada “Medana”, sitúa así a lectores y editores. No siempre los críticos le han sido favorables.
Sus novelas a pesar de ser casi una exigencia editorial, han sido mejor aceptadas por el público que las colecciones de cuentos.
Se siente influenciado por la lectura de autores británicos y americanos. Explica que en Norteamérica se editan este tipo de relatos cortos o cuentos, en todo tipo de prensa escrita, incluidas las revistas amarillistas, diversifica y extiende la oportunidad de leer, rescata ese hábito en una sociedad que tiene más horario en desplazamientos –donde posiblemente lea-, que en el tiempo libre o descanso. Gracias a esa brevedad es innecesario leerlos en partes, cosa que ocurre en las obras extensas.
-Además pesan poco, sonrío-.
Residió en Norteamérica y surgió una reciente obra titulada “El prisionero de la avenida Lexington”, de gran belleza literaria.
Considera a España el paraíso de los concursos de relato corto, sin embargo los lectores españoles prefieren la novela.
Ante la pregunta de si las mujeres leen más que los hombres, responde que sí y escriben mucho y bien, pero se dan menos a conocer, a pesar de que se les valora por la calidad u otras circunstancias, incluido ese empuje procurando la igualdad.
-En nuestro primer concurso literario municipal, fueron premiadas tres mujeres. Los talleres de escritura reflejan esa abundancia; por ejemplo en el nuestro las damas somos el 84 por ciento.
Está contento con la edición de unos libritos de un solo relato, se repartían gratuitamente en los autobuses urbanos de la ciudad de Santander, en el intento de proporcionar la consecución de la capitalidad cultural europea, una forma de integrar y aumentar la lectura en todos, es lo importante.
-El relato corto o cuento a mi modo de ver, puede ser el presente literario ante las prisas de este mundo; leyendo la calidad de los relatos cortos de Gonzalo Calcedo, remediaremos ese estrés con fugacidad.
El escritor que comienza y finaliza sus obras con imaginarios puntos suspensivos…
Está contento con la edición de unos libritos de un solo relato, se repartían gratuitamente en los autobuses urbanos de la ciudad de Santander, en el intento de proporcionar la consecución de la capitalidad cultural europea, una forma de integrar y aumentar la lectura en todos, es lo importante.
-El relato corto o cuento a mi modo de ver, puede ser el presente literario ante las prisas de este mundo; leyendo la calidad de los relatos cortos de Gonzalo Calcedo, remediaremos ese estrés con fugacidad.
El escritor que comienza y finaliza sus obras con imaginarios puntos suspensivos…
Ángeles Sánchez Gandarillas
31-I-2011
31-I-2011
4 comentarios:
En esta ocasión no he podido asistir al encuentro literario como tengo por costumbre pero si me concentro un poco mientras leo tus crónicas es como si hubiese estado en primera fila.
Muchas gracias por tu valiosa labor para con este blog.
Mi agradecimiento también a la incansable e omnipresente Flor por sus imágenes.
Me gustó tanto este escritor, que espero mas adelante poder disfrutar de nuevo de sus palabras .
Escritor muy independiente, dijo Salcines, vive alejado de todo tipo de influencias que puedan inteferir en sus obras.
Sus cuentos son la vida misma, escenas cotidianas, que hemos podido vivir y sentir a nuestro alrededor.
Me entusiamó.
Nieves
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