lunes, 2 de febrero de 2009

Gomorra - Roberto Saviano


Las mercancías muertas, procedentes de toda Italia y de media Europa, en forma de residuos químicos, restos tóxicos o fango, son vertidas abusivamente en los campos, donde envenenan, entre otros, a los mismos capos que erigen esas tierras sus fastuosas y absurdas mansiones...

Esta es hoy la Camorra (o el «Sistema», ya que casi nadie usa la palabra «Camorra»): por un lado, una organización empresarial con impresionantes ramificaciones por todo el planeta y una zona oscura siempre más extensa donde cuesta distinguir cuánta riqueza es producto directamente de la sangre y cuánta de simples operaciones financieras, y por el otro, un fenómeno criminal profundamente influido por los medios de comunicación y la sociedad del espectáculo, cuyos dirigentes imitan la manera de vestir y de moverse de las estrellas del cine y de las figuras míticas, de los gángsters de Tarantino a las siniestras apariciones de El cuervo con Brandon Lee...

En este libro absorbente y escrupulosamente documentado, Roberto Saviano ha reconstruido tanto la aterradora lógica económico- financiera y expansionista de los clanes napolitano y casertano como las febriles fantasías que suman el fatalismo mortuorio de los samuráis medievales japoneses...
El resultado es un libro extraordinario y potente, apasionado y brutal, al tiempo objetivo y visionario, de investigación y literario, lleno de horrores e inquietantes fascinaciones; un libro narrado siempre en primera persona por este jovencísimo autor, nacido y criado en la tierra de la Camorra más dura.




1 comentario:

Anónimo dijo...

Valiente el autor, y muy duras sus descripciones.

En este libro nos relata las técnicas de la Camorra napolitana (napolitana en un principio, ahora está repartida por medio mundo) para tener dominados todos los sectores importantes en una sociedad como son: la construcción, distribución de productos de primera necesidad, drogas, basura, marcas de lujo, etc.

En fín , a mi me dan escalofríos pensar hasta qué punto dependemos, en nuestra vida cotidiana, de la mafía.