
Se empieza a leer sin saber hacerlo, entre el divertimento de pasar las hojas con ese ruido alegre, pues cada página suena diferente y que a los pequeñines encuentran divertido, luego ponen su atención en los colores o dibujos que les enseñamos, por las historias que leemos para ellos y damos paso a su interés cuando ya saben leer.
Pero ¡cuidado!, la lectura es una parte de la vida, evitemos que sea lo único que le divierta, tiene que experimentar la realidad en medida, sí porque... es un recurso no una meta.
Lns
20/1/10 11:26 AM
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