Su figura central es uno de los personajes más memorables de la literatura norteamericana:
Ignatius Reilly - una mezcla de Oliver Hardy delirante, Don Quijote adiposo y Tomás de Aquino perverso, reunidos en una persona -, que vive a los 30 años con su estrafalaria madre, ocupado en escribir una extensa y demoledora denuncia contra nuestro siglo, tan carente de teología y geometría como de decencia y buen gusto: un alegato desquiciado contra una sociedad desquiciada.
Por una inesperada necesidad de dinero, se ve catapultado en la fiebre de la existencia contemporánea embarcándose en empleos y empresas de lo mas disparatado.
Los personajes secundarios son tan exóticos y neuróticos como los de una película de los Marx Broters: Darlene la stripteaseuse de la cacatúa; Burma Jonesel quisquilloso portero negro del cabaret-noche de Alegría, regentado por la rapaz Lana Lee, quien completa sus ingresos como modelo de fotos porno; el patrullero Mancuso...
1 comentario:
Yo lo pasé muy mal leyendo este libro porque no soportaba al protagonista. Quizá si lo vuelvo a leer, lo "miro con otros ojos".
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