miércoles, 17 de diciembre de 2008

"El amor en los tiempos del cólera" - Gabriel García Márquez


La historia de amor entre Fermina Daza y Florentino Ariza, en el escenario de un pueblecito portuario del Caribe y a lo largo de más de sesenta años, podría parecer un melodrama de amantes contrariados que al final vencen por la gracia del tiempo y la fuerza de sus propios sentimientos, ya que García Márquez se complace en utilizar los más clásicos recursos de los folletines tradicionales. Pero este tiempo –por una vez sucesivo, y no circular–, este escenario y estos personajes son como una mezcla tropical de plantas y arcillas que la mano del maestro modela y fantasea a su placer, para al final ir a desembocar en los territorios del mito y la leyenda. Los zumos, olores y sabores del trópico alimentan una prosa alucinatoria que en esta ocasión llega al puerto oscilante del final feliz. «Era inevitable: el olor de las almendras amargas le recordaba siempre el destino de los amores contrariados.» .

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Que no recuerdo muy bien lo de Fermina y Florentino, pero se que me gustó mucho, pero que mucho el libro este. Como dicen los andaluces, me gustó "una jartá", que es muy gráfica la expresión. Que, señores, García Márquez escribe bien y encima no nos da el tostón que nos dió Gustavito, que quedé de la madame hasta... Vamos, hacer alguno algún comentario a ver si coincidimos

Anónimo dijo...

Anoche estuve viendo la película basada en este libro y como casi siempre ocurre me decepcionó bastante, pero me sirvió para recordar el contenido del libro y apreciarlo más si cabe.
Yo, como ya os ireis dando cuenta (si es que este magnífico blog continúa vivo el suficiente tiempo para ello) soy un poco "rarilla" en mis comentarios porque no siempre me llama la atención lo que a la mayoría de las personas (debo de tener algún gen cambiado de sitio o un montón de neuronas revoltosas), el caso es que la frase que me ha quedado grabada de la película, y que no me recuerdo de haberla leido en el libro, es la que le dice casi al final Fermina a su hija:
"De joven mi padre decía que era demasiado joven para enamorarme y ahora mi hija me dice que soy demasiado vieja".
A lo mejor en la vida no deberíamos plantearnos, en tantas ocasiones, si es el momento ó no de disfrutar de las oportunidades que se nos presentan, no sólo en el amor sino en todas las facetas.
Este es otro de los libros que posiblemente vuelva a leer porque creo que me he pasado por alto bastantes cosas al leerlo.

Por otro lado, le digo a Jesús que se ha quedado muy afectado con la Madame...., y que Santa Rita Rita, lo que se da no se quita ...... y me quedo con el abrazo, me corresponda o no.
jajajaja

Anónimo dijo...

"Se despide un genio"

Gabriel García Márquez se ha retirado de la vida pública por razones de salud. Padece cancer linfático.
Ahora, que al parecer, la enfermedad se va agravando ha enviado una carta de despedida a sus amigos que está siendo difundida por internet.
Como las cosas que aparecen en internet no siempre son todo lo veraces que debieran, dejaremos esta información en cuarentena para "por si acaso" no fuese del todo cierta.
De todas formas os recomiendo su lectura porque me parece conmovedor este texto escrito por uno de los latinoamericanos más brillantes de los últimos tiempos.

"Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, aprovecharía ese tiempo lo más que pudiera.

Posiblemente no diría todo lo que pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que digo.
Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan.
Dormiría poco, soñaría más, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos 60 segundos de luz.
Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás duermen.

Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando descubierto, no solamente mi cuerpo, sino mi alma.
A los hombres les probaría cuán equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse.

A un niño le daría alas, pero dejaría que él sólo aprendiese a volar.

A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez, sino con el olvido.

Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres.... He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada.
He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado por siempre.
He aprendido que un hombre solo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse.
Son tantas las cosas que he podido aprender de ustedes, pero realmente de mucho no habrán de servir, porque cuando me guarden dentro de esa maleta, infelizmente me estaré muriendo.

Siempre dí lo que sientes y haz lo que piensas.

Si supiera que hoy fuera la última vez que te voy a ver dormir, te abrazaría fuertemente y rezaría al Señor para poder ser el guardián de tu alma.
Si supiera que estos son los últimos minutos que te veo diría "te quiero" y no asumiría, tontamente, que ya lo sabes.
Siempre hay un mañana y la vida nos da otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustaría decirte cuanto te quiero, que nunca te olvidaré.
El mañana no le está asegurado a nadie, joven o viejo. Hoy puede ser la última vez que veas a los que amas. Por eso no esperes más, hazlo hoy, ya que si el mañana nunca llega, seguramente lamentarás el día que no tomaste tiempo para una sonrisa, un abrazo, un beso y que estuviste muy ocupado para concederles un último deseo.

Mantén a los que amas cerca de tí, diles al oído lo mucho que los necesitas, quiérelos y trátalos bien, toma tiempo para decirles "lo siento", "perdóname", "por favor", "gracias", y todas las palabras de amor que conoces.

Nadie te recordará por tus pensamientos secretos. Pide al Señor la fuerza y sabiduría para expresarlos. Demuestra a tus amigos y seres queridos cuanto te importan."

Recapacitemos sobre todas estas cosas. Si no lo hacemos hoy, mañana será igual que ayer.
Y si no lo hacemos nunca tampoco importa. El momento es éste.